Los cuidados de las rosas dependen mucho de si éstas están plantadas en una terraza o si lo están en un jardín. Y es que un rosal adulto de unos 3 años tiene unas raíces profundas y poderosas que le permiten encontrar y aprovechar el agua subterránea que pueda necesitar.
En los rosales de jardín solo tenemos que preocuparnos por los ejemplares más jóvenes que aún no disponen de esas raíces profundas y que, por tanto, necesita de un riego regular, aunque nunca excesivo. Riega directamente en su base para asegurarte que no mojas su follaje, lo que podría favorecer la aparición de enfermedades. Si quieres colocar un manto de hojas o de paja en su base le asegurarás más humedad a los rosales.
En los rosales en miniatura plantados en maceta debemos tener la misma precaución que con los rosales jóvenes cultivados en el exterior, cuidando que la tierra de la maceta siempre esté húmeda. Un turco muy simple: tierra seca es sinónimo de rosas secas.
Hablando de macetas, lo ideal es optar por una maceta de barro ya que este material permite una ventilación perfecta de las plantas. Evita sobre todo las macetas de plástico. Con este material es muy probable que las raíces terminen pudriéndose. Si esto ocurriera, en este artículo te explican qué hacer si se pudren las raíces de una planta.
Mantenimiento de las rosas
La eliminación de las flores marchitas cumple dos efectos: el primero de ellos es estético, y es que un rosal luce más bello sin rosas marchistas, claro. El segundo es funcional, y es que eliminando las flores marchitas estimulamos la aparición de nuevos brotes.
Hablando de eliminar, poda también los tallos que no produzcan rosas, ya que éstos lo único que consiguen es agotar al rosal. Pódalas lo más cerca posible del tronco. Además córtalos en bisel opuesto para evitar acumulación de agua.
Antes de la primera gran floración es conveniente aplicar fertilizante especial para rosas. Lo ideal es que éste lo elijas en forma de granos, para que puedas enterrarlo en la tierra y que éste se disuelva progresivamente. Los rosales son glotones, por lo que puedes aportarles ese fertilizante orgánico de una forma regular desde el inicio de la primavera hasta finales de verano.